Garupá, Misiones. En la Casa de Ejercicios de San Ignacio, entre el 22 y el 26 de agosto, se ha llevando a cabo el Encuentro de Maestrillos de la Compañía de Jesús, con la participación de jóvenes en formación provenientes de Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile. Acompañados por sus formadores, agentes pastorales y el padre provincial de la Provincia ARU (Argentina–Uruguay), P. Álvaro Pacheco sj, los futuros jesuitas se reúnen para fortalecer su vocación y compartir experiencias comunitarias.
¿Qué significa ser “maestrillo” en la Compañía de Jesús?
Dentro del camino formativo de los jesuitas, ser maestrillo es una etapa particular y muy valiosa. Tras los primeros años de noviciado y de estudios iniciales en filosofía y humanidades, los jóvenes jesuitas realizan el “magisterio”, es decir, un tiempo de inserción práctica en comunidades educativas, parroquiales o sociales. Allí, antes de continuar con la teología, ejercitan su vocación acompañando a otros en tareas pastorales y educativas.
El maestrillo no es todavía sacerdote, pero ya vive consagrado en la Compañía. Su tarea es, al mismo tiempo, de aprendizaje y de servicio: enseñar, acompañar jóvenes, compartir la vida en las comunidades donde es enviado, siempre desde la espiritualidad ignaciana del “en todo amar y servir”.
El camino hacia el sacerdocio jesuita
El proceso para llegar a ser sacerdote jesuita es largo y profundo, marcado por diversas etapas de discernimiento y formación:
- Noviciado: tiempo de oración, Ejercicios Espirituales y primera experiencia de vida comunitaria.
- Estudios de Filosofía y Humanidades: formación intelectual y cultural.
- Magisterio (ser “maestrillo”): misión práctica en colegios, parroquias u obras sociales.
- Estudios de Teología: preparación específica para el sacerdocio.
- Ordenación sacerdotal: luego de varios años de formación y misión.
- Tercera probación y votos definitivos: etapa final de integración plena en la Compañía de Jesús.
Este itinerario suele durar entre 10 y 12 años, pero es un camino que busca preparar profundamente el corazón y la mente de los futuros pastores.
Recuerdos compartidos en Itatí
Algunos de los jóvenes que participaron del encuentro en Garupá ya dejaron huella en Misiones. Pablo Barrios, Francisco Quian y Fernando Báez compartieron misiones y experiencias pastorales con la comunidad de la parroquia Nuestra Señora de Itatí y sus capillas en julio de 2019, antes incluso de iniciar la etapa de maestrillos.
Algunas fotos de su visita en Posadas en el 2019:
Su presencia en este encuentro es signo de continuidad en un camino vocacional que los sigue uniendo con las comunidades del Litoral.
Una invitación a la oración
La comunidad jesuita invita a rezar por estos jóvenes, para que Dios les regale la gracia de un corazón semejante al del Buen Pastor, capaz de escuchar, acompañar y servir al pueblo de Dios en cada una de las realidades donde sean enviados.
